A nivel mundial las moscas (insectos dípteros) son conocidas cómo vectores altamente concentrados en áreas urbanas y propagadores de agentes patógenos productores de enfermedades; principalmente gastrointestinales y oftálmicas, peligrosas para el bienestar saludable de humanos y hasta de animales domésticos.
Es frecuente la interacción de las moscas y los humanos en el expendio público de venta de alimentos. Esto es debido a que se movilizan todo el día de un lugar a otro en búsqueda de una dieta equilibrada y preferiblemente líquida, fácil de disolver en su saliva.
A las moscas, les atraen los productos de materia orgánica en descomposición, los restos de comida en depósitos de basura, leche y alimentos dedicados al consumo humano.
Las organizaciones que regulan la sanidad y la salud pública han registrado 21 especies de moscas, como agentes causantes de enfermedades gastrointestinales, por su predilección por los ambientes contaminados y endofilia, es decir, tendencia a ingresar a edificaciones (Graczyk et al. 2005).